Día del escritor, 13 de Junio
En Argentina
La Sociedad Argentina de Escritores (SADE) instituyó el 13 de junio como el Día Nacional del Escritor, para rendir tributo a Leopoldo Lugones, en la fecha de su natalicio y homenajear así a todos los exponentes de las letras del mundo y a aquellos desconocidos que con su pluma contribuyen a la educación y cultura de nuestro país.
Leopoldo LugonesLugones nació precisamente un 13 de junio (1874) en Villa María del Río Seco (Córdoba) y falleció el 18 de febrero de 1938 en el Delta del Paraná (Tigre, Buenos Aires). Su familia era tradicionalmente cordobesa y en la capital provincial cursó sus estudios superiores. Hijo de Santiago Lugones y Custodia Argüello, era el mayor de cuatro hermanos, y ya a los diez años se destacaba por su memoria y su gusto por la lectura.
En su etapa universitaria en Córdoba, desarrolló su veta literaria y de periodista. Se definió tempranamente como anticlerical en el pensamiento libre y hasta llegó a fundar un centro socialista, aunque su pensamiento, siempre polémico, fue cambiando con la edad, a tal punto que en 1924 hizo famosa en Ayacucho la frase “ha sonado en América la hora de la espada”. Es que siempre estuvo volcado de lleno a la discusión por el destino de un país que él veía a la deriva y desorientado.
En 1896 su vida dio un vuelco decisivo: se casó con Juana González y se mudó a Buenos Aires, donde se unió a un grupo socialista de escritores rebeldes contra el orden social y político, que integraban José Ingenieros, Roberto Payró, Alberto Gerchunoff, Miguel Ugarte, Ernesto de la Cárcova.
Ganó prestigio como poeta, orador y polemista, y comenzó a publicar en periódicos como el socialista La Vanguardia (desde allí canta a la ciencia y a la igualdad, llama a la lucha por las ideas y hasta deja traslucir sus dolores) y el roquista Tribuna, y también en La Nación (gracias a su amigo Rubén Darío), donde llegó a dirigir el suplemento literario.
En 1897 nació su único hijo y publicó su primer libro: Las montañas del oro (poesía). Fue la primera obra de su prolífico legado, que lo convertiría en una de las figuras centrales de la cultura argentina.
Publicó 35 libros en vida, entre los que se cuentan Los crepúsculos del jardín, Lunario sentimental, El libro fiel, El libro de los paisajes, Las fuerzas extrañas, La guerra gaucha, Las horas doradas, entre otros.
En 1896, se instaló en Buenos Aires donde, a los 22 años, comienza a escribir para “La Nación”. Su habilidad para la escritura le permitió abarcar distintos géneros literarios. En poesía se destacan Los crepúsculos del jardín (1905), Lunario sentimental (1909), El libro fiel (1912), El libro de los paisajes (1917), Las horas doradas (1922), Poemas solariegos, (1927), Romances del Río Seco, (1938) y la La Blanca Soledad. En narrativa escribió La guerra gaucha (1905), Las fuerzas extrañas (1906), Cuentos fatales (1926), El Hombre Muerto (1907) publicado por la revista Caras y Caretas. En 1926, escribió su única novela: El Ángel de la Sombra.
Hace poco tiempo, la Biblioteca Nacional recuperó un lote de manuscritos del autor que serán destinados al Museo del Libro y de la Lengua, edificio que se inaugura en los próximos meses y que consagrará un sector a la exhibición de los ejemplares más antiguos del patrimonio argentino.
Fuente: El Tribuno.com.ar
Por el natalicio de Lepoldo Lugones se celebra hoy el día del escritor
Leopoldo Lugones
Leopoldo LugonesLugones nació precisamente un 13 de junio (1874) en Villa María del Río Seco (Córdoba) y falleció el 18 de febrero de 1938 en el Delta del Paraná (Tigre, Buenos Aires). Su familia era tradicionalmente cordobesa y en la capital provincial cursó sus estudios superiores. Hijo de Santiago Lugones y Custodia Argüello, era el mayor de cuatro hermanos, y ya a los diez años se destacaba por su memoria y su gusto por la lectura.
En su etapa universitaria en Córdoba, desarrolló su veta literaria y de periodista. Se definió tempranamente como anticlerical en el pensamiento libre y hasta llegó a fundar un centro socialista, aunque su pensamiento, siempre polémico, fue cambiando con la edad, a tal punto que en 1924 hizo famosa en Ayacucho la frase “ha sonado en América la hora de la espada”. Es que siempre estuvo volcado de lleno a la discusión por el destino de un país que él veía a la deriva y desorientado.
En 1896 su vida dio un vuelco decisivo: se casó con Juana González y se mudó a Buenos Aires, donde se unió a un grupo socialista de escritores rebeldes contra el orden social y político, que integraban José Ingenieros, Roberto Payró, Alberto Gerchunoff, Miguel Ugarte, Ernesto de la Cárcova.
Ganó prestigio como poeta, orador y polemista, y comenzó a publicar en periódicos como el socialista La Vanguardia (desde allí canta a la ciencia y a la igualdad, llama a la lucha por las ideas y hasta deja traslucir sus dolores) y el roquista Tribuna, y también en La Nación (gracias a su amigo Rubén Darío), donde llegó a dirigir el suplemento literario.
En 1897 nació su único hijo y publicó su primer libro: Las montañas del oro (poesía). Fue la primera obra de su prolífico legado, que lo convertiría en una de las figuras centrales de la cultura argentina.
Publicó 35 libros en vida, entre los que se cuentan Los crepúsculos del jardín, Lunario sentimental, El libro fiel, El libro de los paisajes, Las fuerzas extrañas, La guerra gaucha, Las horas doradas, entre otros.
En 1896, se instaló en Buenos Aires donde, a los 22 años, comienza a escribir para “La Nación”. Su habilidad para la escritura le permitió abarcar distintos géneros literarios. En poesía se destacan Los crepúsculos del jardín (1905), Lunario sentimental (1909), El libro fiel (1912), El libro de los paisajes (1917), Las horas doradas (1922), Poemas solariegos, (1927), Romances del Río Seco, (1938) y la La Blanca Soledad. En narrativa escribió La guerra gaucha (1905), Las fuerzas extrañas (1906), Cuentos fatales (1926), El Hombre Muerto (1907) publicado por la revista Caras y Caretas. En 1926, escribió su única novela: El Ángel de la Sombra.
Hace poco tiempo, la Biblioteca Nacional recuperó un lote de manuscritos del autor que serán destinados al Museo del Libro y de la Lengua, edificio que se inaugura en los próximos meses y que consagrará un sector a la exhibición de los ejemplares más antiguos del patrimonio argentino.
Fuente: El Tribuno.com.ar
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